Mié. May 15th, 2024

¿La hora de los hombres fuertes? – Juan de Dios Andrade

Estamos a punto de concluir 2023 y de adentrarnos en 2024. Cada año trae su propia carga de asuntos a resolver, pero el que se aproxima se perfila como de especial importancia en la lucha por la supremacía global. Los momentos de incertidumbre generan situaciones paradójicas: adhesión a un ‘hombre fuerte’ o el firme deseo de participación ciudadana. ¿Será 2024 la hora de los populistas autoritarios o de los ciudadanos participativos?

CONfines Políticos

27 de diciembre de 2023

Correspondencia: confinespoliticos@gmail.com

Esta parece ser la hora del populismo, pero no de manera rotunda. Siempre que se vive una etapa generalizada de incertidumbre, campea la inseguridad y la falta de certezas, pero también se abre ante nuestros ojos un abanico de posibilidades. No se trata de relativismo, sino de reconocer que las posibilidades implican inestabilidad, incertidumbre y cambio constante. Es la aventura de la libertad, con todos los riesgos que eso implica, porque el tomar decisiones y asumir responsabilidades provoca vértigo en algunos…

De cara al futuro, la incertidumbre puede producir dos efectos polares: el deseo de participar y la intención de dejar las decisiones en manos de ‘hombres fuertes’. Obviamente, en la medida en que dejemos de participar o que lo hagamos de manera muy condicionada, se ampliará el margen de los líderes populistas, que, para bien o para mal, tomarán en sus manos el futuro de todos, porque eso es parte del populismo: la pretensión de ser el único intérprete del sentir popular…

Si el siglo XXI parece ser el siglo de la incertidumbre, se entiende que a lo largo de él estaremos inmersos en un forcejeo entre populismo y participación…

Vladimir Putin

Vladimir camino a su reelección

Cada año se deciden cosas importantes, pero especialmente será así en 2024. En el plano internacional, la agenda está plagada de asuntos delicados, entre ellos: lo que ocurrirá en Ucrania durante el invierno, luego de que la contraofensiva ucraniana no rindiera los frutos esperados. Al margen de los derroteros de la invasión rusa, hay una intensa guerra de propaganda, inteligencia y espionaje. En las batallas geopolíticas, tan importante es informar como desinformar…

Se anticipaba que en 2023 ocurriría el colapso de uno de los bandos y estamos al final del año sin que nada de eso haya ocurrido, con todo y la rebelión de Yevgeny Prigozhin y su grupo Wagner, que terminó trágicamente…

Nada es lo que parece y, aunque la interrogante estriba en si Rusia logrará imponerse, lo cierto es que igualmente podría estarse montando el escenario para la estrepitosa caída de Putin. No olvidemos que Vladimir irá por su reelección el 17 de marzo y, pese a que la ley contempla una segunda vuelta en abril, no se avizora algo que vaya a impedir que Putin ‘tome posesión’ del poder que nunca ha dejado en lo que va del siglo, incluyendo el período de su títere Dmitri Medvedev…

Lo único que podría afearle su deseo de cumplir por lo menos 30 años en el poder, sería reelegirse con la guerra abierta en Ucrania, cuando se suponía que la iba a ganar en unos cuantos días. Por eso, muchos auguran que tendrá lugar una andanada brutal buscando triunfar de una vez por todas y, si lo vemos bien, Ucrania está cerrando el año atacando ‘quirúrgicamente’ la capacidad de combate de los rusos: infringiendo importantes bajas a su aviación bombardera y a su flota de desembarco, entre otras cosas…

¿Es posible una democracia fuera del marco constitucional?

Trump, la piedra en el zapato de Biden

En Estados Unidos también habrá elecciones presidenciales, aunque hasta el 5 de noviembre, lo que no quita que, desde ahora, las cosas estén al rojo vivo. Los sondeos parecen anticipar el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, pero en medio de un proceso legal y la decisión judicial de que no aparezca en las boletas electorales de Colorado. Pero no se crea que ha sido producto sólo de una votación en la Suprema Corte de Colorado. Connotados juristas norteamericanos (tanto liberales como conservadores) han avalado la decisión, como es el caso de J. Michael Luttig y Laurence Tribe. Trump puede apelar a la Suprema Corte de la Nación, pero según Luttig la decisión es ‘inalcanzable’, mientras que Tribe opina que es ‘inexpugnable’. Esto significa que otros estados podrían hacer lo mismo…

Lo interesante es el consenso entre los juristas de que violentar el marco constitucional hace inelegible al aspirante en cuestión (Sección 3 de la 14ª Enmienda). Si Donald Trump es considerado un populista autoritario, equivale a sostener que no es posible una democracia fuera de la ley, mucho menos contra la ley. En pocas palabras, el fallo judicial no es antidemocrático, sino todo lo contrario: protege a la democracia y me parece que en la opinión pública global eso no se ha sopesado debidamente…

Sin embargo, no deja de ser gris una eventual reelección de Joe Biden sacando de antemano a Trump de la contienda. Como sea, lo anterior no es un hecho y lo que gravitan son las tendencias favorables a Donald Trump. De reelegirse, se teme que Kiev sea abandonada a su suerte. Una vez más, Trump es la gran apuesta de Putin…

Vladimir no ha podido ganar en Ucrania y, por lo visto, quizás sólo pueda lograrlo mediante el abandono de Trump, lo que también sería una victoria gris para el jerarca ruso…

La lucha por el control del Cáucaso

Vasallaje ruso y la lucha por el Cáucaso

Por otra parte, Rusia cuenta con el poderoso apoyo de la China de Xi Jinping, pero a un precio muy alto: la vida cotidiana rusa está siendo colonizada por los productos del gigante asiático, lo que, indudablemente, terminará por convertirse en un vasallaje geopolítico y todo por provocar una guerra innecesaria al invadir Ucrania…

¿Tiene sentido ganar en Ucrania? Sería algo efímero, porque Rusia se encamina a ser vasalla de China. El que algunos países del Medio Oriente y de Asia (India), así como el Sur Global, se negaran a hacer valer las sanciones de Estados Unidos, no le alcanzará a Vladimir para sustraerse del poder de su par chino…

Es verdad que Rusia está aumentando su presencia en el Medio Oriente, África y América latina, por ejemplo. Pero se ha debilitado en algunas regiones del espacio postsoviético, siendo desplazada por China. El mejor ejemplo es la disputa por el Cáucaso…

Azerbaiyán y Armenia libran una dura batalla desde hace años por el control del Cáucaso, empezando por la zona de Nagorno-Karabaj. El problema es que el conflicto se ha convertido en un estorbo para los planes geopolíticos de China, que debe emplearse a fondo para tratar de resolverlo en 2024.  En el enclave, están presentes los intereses de ambos países, así como de China, Rusia, Irán, Israel y Estados Unidos, entre otros. Xi Jinping sabe que estabilizar el Cáucaso es vital para su Ruta de la Seda. El punto es que Armenia ya no confía en Rusia como garante de ningún acuerdo de paz y China maniobra para asumir ese papel y poder continuar con sus planes. La situación no es fácil para Beijing, porque Irán carece de margen con Armenia e Israel respalda con tecnología militar a Azerbaiyán…

La disputa por el Mar Rojo pone en jaque el comercio global

El Mar Rojo y Ormuz, más allá de Gaza y la expansión debilitadora

Aunque el ataque de Hamas fue contra Israel, más bien encaja con un proyecto ruso-iraní para distraer a Estados Unidos y Europa de Ucrania, así como del Cáucaso y Taiwán, detonando conflictos en el Mar Rojo y en Ormuz, mediante los rebeldes hutíes desde Yemen, que, a decir verdad, muchas veces son simbólicos, porque no alcanzan a producir daño alguno. Lo grave sería que pudieran cerrar los estrechos del Mar Rojo y Ormuz. Esto sí que pondría en jaque al Canal de Suez…

Esta es la razón de los bombardeos constantes de Israel a Irán y sus enemigos colindantes, mientras devasta la Franja de Gaza, intentando destruir el poderío bélico y terrorista de Hamas. Curiosamente, cada acción pone en riesgo las relaciones con otras potencias que no han tomado del todo partido por Estados Unidos, como se pudo apreciar en la ofensiva a un barco mercante indio con un dron lanzado desde Irán…

Asimismo, Rusia expande su presencia en el mundo árabe, avalada por China, pero al abarcar demasiado se debilita. Putin parece no darse cuenta de que se configura un escenario como el de la Unión Soviética, cuyo poderío geopolítico requería un enorme presupuesto para sostenerlo. Por agotamiento, China se quedará con lo que vaya dejando Rusia. La estrategia de Xi Jinping es inteligente: respalda a Rusia para que asuma el desgaste de controlar tal o cual país, con la intención de desplazarla cuando ya no pueda más…

¿Dejaremos nuestro futuro en manos de líderes populistas?

¿Hombres fuertes o ciudadanos participativos?

La naturaleza de los conflictos geopolíticos, de los cuales henos mencionado algunos, coloca al mundo ante la posibilidad de una fragmentación y, por haber menguado los principales efectos de la pandemia, es el momento de resolverlos. Los imperativos geoestratégicos están coincidiendo en 2024 y, mientras más se prolonguen, más complicado será para todos solucionarlos…

Como lo mencioné más arriba, 2024 tendrá, entre otras cosas, dos procesos electorales clave: en Rusia y en Estados Unidos, pero sin olvidar los de la India y México…

Demasiados problemas para un futuro inmediato en donde será muy difícil que impere una superpotencia como hasta ahora ha ocurrido. Por eso, Zbigniew Brzezinski proclamaba que Estados Unidos era la última superpotencia nacional. ¿Vale la pena tantas confrontaciones si, al final, difícilmente alguien podrá decidir unilateralmente el rumbo global? Porque una cosa es que Estados Unidos deje de ser la superpotencia global y, otra, el ascenso de una nueva…

Lo más peligroso es que la incertidumbre genera desconfianza y una falsa esperanza en el uso de la fuerza y de la violencia, con tal de asegurar una posición en el mundo. Es el detonante de la nueva carrera armamentista que estamos viendo…

Por si no bastase, Europa se adentra en un escenario de tensiones y rupturas. De un lado, están las presiones migratorias que traen su dinámica propia, agravadas por la instrumentalización que han hecho otros países como Rusia para desestabilizar las sociedades europeas…

Del otro, los cambios geopolíticos externos que inciden en Europa, como el desplazamiento de Francia como factor decisivo en África, lo que está beneficiando a España y a Italia, aunque no del mismo modo. Es decir: los desafíos geopolíticos podrían ser la ocasión para que unas potencias pierdan parcial o totalmente su importancia, y otras lo adquieran o recobren. Vean ustedes lo que está pasando con la geopolítica turca y egipcia…

¿Será 2024 la hora de los ‘hombres fuertes’ o de los ciudadanos participativos? Esa es la pregunta que estamos a punto de responder…

Hasta entonces…